lunes, 21 de enero de 2008

El rollo del retorno

Volver, con la o sin la frente marchita, implica (al menos para los enrollados) una suma de reflexiones que como la mayoría de las veces, no trasladan a nada productivo.
1. ¿Vale la pena dejar casa segura, un trabajo aplastante pero seguro y una familia original pequeña (tres personas mayores) a la que le cae el inexorable paso del tiempo con los gajes de internaciones, operaciones y sustos varios y que, aunque no lo digan y sean generosos con las expectativas, te ne-ce-si-tan?

2. ¿Vale la pena seguir apostando a esas expectativas en una ciudad muy linda pero muy puta, donde ni siquiera sos un número y donde el trabajo no es el esperado pero uno, insisto, sostiene la auto promesa de que "todo va a mejorar" y el "tengo cierto talento y se me va a dar"?

3. ¿Qué es preferible? ¿Ser cola de ratón en ciudades donde hay promesas y expectativas a ser cola de ratón en ciudades sin expectativas ni siquiera de tener una buena película en el único cine que hay? Porque en ninguno de los dos lugares se fue/será cabeza de león.

4. ¿Cómo se le pelea a la melancolía de la duda de saber si uno debe quedarse con ellos, acompañarlos. A ellos que te hicieron el aguante en todo y hasta te perdonaron esas metidas de pata reñidas con todo lo que te enseñaron?

¿Vale la pena? ¿Cómo se hace? ¿Se encuentra alguna vez la conformidad, el lugar en el mundo, el cumplimiento de sueños?
¿O la vida es un consuelo que contenta con chispazos pequeños de oportunidades medianejas, que sigue una ley universal que reparte talento/exito/suerte/dinero/estrella a unos cuantos y los demás siguen remando en ligas menores de amores, trabajos, posibilidades, sueños.

10 comentarios:

Eugenia dijo...

UH LINDA, QUE ROLLO.
lo peor, no tengo respuestas a ninguna de tus preguntas.

abrazosssss

Anónimo dijo...

The answer my friend... (etc. etc.)

Anónimo dijo...

hardcore rollo
a mi tambien mepasan esas preguntas


chau!

La Gran Arcada dijo...

Nietzche tiene una parábola para casos como el de este rollo: Todo el pueblo mira a un funámbulo haciendo sus acrobacias en la cuerda floja, a gran altura. Todos desean, todos necesitan que se caiga y se haga pedazos en el pavimento. Bueno, se trata de decidir si eres el tipo allá arriba arriesgando el pellejo o el grupo de cobardes con vidas mínimas que admiran desde el suelo. Es mejor ser tránsito y no aniquilamiento.

Eugenia dijo...

EY ARCADA

qué sabiiiiaaaa respuesta!!!!!

BRAVOO POR TI!!!!

Mildred Plotka dijo...

lady
no se enrolle
siempre puede ser peor
usted lo sabe

Nada dijo...

Entre hacer y no hacer mejor hacer, por lo menos si se falla se tuene la experiencia; eso lo dijo Jodorowsky y lo encontré sensato. La seguridad nos mantiene pero a la larga nos cansa. Bueno que te puedo decir tu rollo también es el mío.

Saludos

lady rolliza dijo...

Thanks people!
A gran arcada en particular: sigo, sigo en la cuerda floja.
Todos me dieron algo de alivio a las dudas. Digo yo ¿servirá el tarot o la adivinación para calmar la ansiedad de las transiciones y las decisiones?
Mientras, vermouth (sin papas fritas que engordan más que el alcohol) y ¡good show!

Anónimo dijo...

siempre mejor estar cerca del león que conformarse con ser ratón... siempre, lady, aunque por un tiempo se agarre con las uñitas a la cola del rey de la selva, nunca hay que resignarse a quedar ratón, jamais!
slds,

cloui

Anónimo dijo...

No estoy tan seguro de que sea mejor la cola del león que la cabeza de ratón. Sobre todo porque conozco leones que huyen como ratones y ratones que pelean como leones.