1) Fue ella la que me dio el fono aquella vez en el Rita de Dinosaurio. Me dijo: “¿Tenés mi teléfono vos?”. Ella trabajaba en un negocio en la Precedo. Le gustaba Johnny Depp. La llamé. Fuimos al cine a ver “Erase una vez en México”. Touché.
2) Fue ella la que me dio el fono aquella vez en la pista pop del Ojo. Me dijo “Anotá mi fono y llamame que me quedo hasta el miércoles”. Ella vivía en Buenos Aires. Le gustaba el reggae. La llamé. Fuimos al “Bob Marley Day” en el Luna Park. Touché.
3) Fue ella la que me dio el fono aquella vez en Babylon. Me dijo “Te paso mi número así me llamás para venir a la Retro”. Ella era profesora de música. Le gustaba Francisco Bochatón. La llamé. Me atendió el padre y me dijo que ella no estaba y que ese teléfono era de él...
Y bueno. Son las reglas del juego. Si no hubiese llamado, tampoco la hubiera vuelto a ver. Las probabilidades, en ese caso, se reducen a cero.
6 comentarios:
eh rolo
no se que decir en realidad.
está bien que llame.
ya decía el maestro coleman
"a veces lloro
a veces llamo
a veces lloro
a veces prefiero quedarme solo"
salute
"a veces llamo pero no llores
vos no vas a quedar sola"
Disponiendo un destino
viable
para no perder
un aliado
escribiendo una carta
para quien
necesite
sentirse
necesitado
y si llamo y el teléfono no funciona?
cloui, habrá que preguntarle a richard coleman, no?
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