El rollo stone

Ocurrió en algún momento que no se puede precisar. Quizás el culpable fue Pergolini, cuando usó el primer acorde de "Start me up" y el gesto que corresponde a la frase "de bigote", para remarcar una actitud stone. Vaya a saber. La cuestión es que la bandera con la lengua pasó a ser monopolizada por los chabones. Y todo bien con ellos, ¿viste? Pero resulta que ahora parece que se acabó la posibilidad de ser stone y cool. ¿Y cómo hacemos entonces? ¿Entregamos nomás a la barra brava de Chicago el poster de Brian Jones? ¿La suela de Charlie Watts cuando pisa el pedal del charleston? ¿La cara de póker de Bill Wyman? ¿El dolce far niente de Ron Wood? ¿El harén de modelitos de Mick Jagger? Y lo que es más grave, ¿nos resignamos a que sea completamente ajeno a nuestra idiosincracia el pucho que Keith Richards coloca entre la quinta y la sexta cuerda de su guitarra? Me resisto. No puedo. Que la historia me juzgue por este acto. Que los chabones me caguen a palos por cheto. Que los aspirantes a dandies me discriminen por grasa. No me importa. Jamás podría dejar de identificarme con alguien que siente compasión por el diablo.