domingo, 9 de septiembre de 2007

La mirada que revela el rollo*

* POR BETINA SALGADO, desde el extranjero, que se ha puesto un poco.....


No reconozco esa mirada de ella, recuerdo algunos sentimientos que pasan cortando por mi cuerpo que pueden servir para conocerla.

Caminaba a su lado y lo extrañaba, la nieve hasta las rodillas y lo extrañaba.

La bañadera de agua caliente, el empapelado estampado rodeándole los sueños, con la cabeza empapada no se iba a notar que lloraba pero él se dio cuenta y no dijo nada.

Yo comía aguacate en la cocina mientras escuchaba el silencio.

Lejos de todos, viajábamos kilómetro tras kilómetro, los pinos se desenrollaban por el camino y un cielo grisáceo intenso nos miraba curioso y frío. Viajábamos para construir una casa en el suburbio de edificios color ceniciento del –69, cerca de una plaza donde se cuidaban los borrachos y la fruta era barata. La campera roja quedó en el auto.

Podíamos ir a Dinamarca en barco, el mar tranquiliza o el mar con su ruido tapa los gritos. Al lado del mar todo es lindo, las criaturas más lindas son de mar.

Nos hubiéramos divertido, ella y yo, si no hubiera sido porque estaba él. Quería llevármela de la mano para mostrarle otros lugares de tules, mariposas, piedras preciosas y mazapán.

Correríamos por la playa y le tiraríamos arena al mar, pero ella siempre lo esperaba con una mirada de anhelo que se la hubiera podido borrar con un chiste, aunque a veces discutiendo el tema con mis muñecas, me daba la impresión de que de tanto anhelo uno no se podía deshacer, era un desazón crónico. Y así pasábamos horas aburridas al lado del mar.

Él tenía una Nikon.

Ella fija su vista en él, como siempre poseía una capacidad enorme para verlo. Lo contempla hace rato pero él no se da cuenta o no se quiere dar cuenta. Ella ignora la conciencia que tiene sobre su mirada como medio de aprendizaje y trata sus ojos como fragmentos de materia, de colores. De alguna manera él la está obligando a ser testigo de una situación que ella no eligió. Con una mano rígida se tapa la boca, tal vez quiso decir algo pero no pudo. Su espalda se relaja como alguien que tiene razón clavando los codos, mirada directa. Él sabe lo que esa mirada dice, pero él todavía no la vio. Él está de espaldas con otra mujer. ¿Se sintió observado? Se dio vuelta y disparó la foto captando esa mirada de ella que resume todo y que sin querer deja la prueba de lo que fue y de lo que hubo.

Él no se acuerda de esa foto. La memoria no se pierde por casualidad, la memoria se pierde únicamente cuando forma parte de un lugar en la vida que se rechaza y que por eso tiene algo de importancia, y como todo lo importante existe solamente para alguien; para él.

No sabía mucho de amor, pero nunca comprendí la razón por la cual él no la quería y mucho menos porque ella a él si.

7 comentarios:

Eugenia dijo...

mmmm amiga, esta vez, yo no entendí su rollo..................

Cloe dijo...

Betina, cómo me ha gustado su relato.
Qué lindo, me conmovió.
Lo leí dos veces, especialmente releí algunas líneas, como se hace con esas escenas de las pelis de amor y desamor que uno repasa.

Mildred Plotka dijo...

Amiga, llueve, y su relato es hermoso y triste. Frases o líneas como dice Cloe, bellas y profundas, como la última por ejemplo. Un abrazo.

Conchita Salgado dijo...

Gracias amigas! En realidad hace poco que encontre la foto. Me pareció que se merecía su rollo escrito como para acordarme que siempre estuve de parte de mi madre. Love. Betina.

Eugenia dijo...

Ah, bueno bueno, muchisimo pero muchisimo mas hermoso entonces, un abrazo te quiero mucho.

Anónimo dijo...

te quiero
besos

virus dijo...

es como leer un guion de un cortfilm exelente te felicito